Aprovechando asuntos de trabajo, nos juntamos gran parte de la familia en Trujillo para celebrar dos cumpleaños. Fueron 4 lindos días en casa de unos amigos, hasta que llegó el momento de regresar: martes 18 de Noviembre, 10:00pm parte inferior del bus de Ittsa: Trujillo – Talara.
Después de 3 horas aproximadamente, sin ninguna conciencia nos hemos despertado por mi hija de 17 años que decía: “papá, papá!! hay gente afuera”. Nos asomamos y, efectivamente, vimos a un encapuchado armado. Simultáneamente, oímos gritos desesperados que venían de la parte superior del bus: “nos están asaltando”, “han bloqueado con piedras grandes”, “Dios mío, son varios”, “están disparando”, “al piso”, etc. Eran entre 8 a 10 asaltantes armados y una camioneta iluminando al bus. Calculando el lugar, por la hora que era en ese momento, estábamos en el desvío “Puente Saltur”, es una trocha “perdida” y que no es la primera vez que por la habilitación del puente Reque desvían el tráfico por este lado que toma una hora, aproximadamente, y que estos atracos se dan.
Ninguno de nuestra zona escuchamos los disparos, al parecer la parte de abajo está aislada. Los minutos pasaban y nadie ingresaba, el nerviosismo nos envolvía cada vez más. Los pasajeros no temíamos a lo que nos podían robar, a las cosas de valor que nos podían quitar sino al daño que pudieron haber hecho, en nuestro caso, ni a uno mismo, sino a una hija o a un hijo. Fueron minutos angustiantes, terribles e interminables.
El tiempo pasaba, y el chofer seguía con su motor prendido, sin ceder ante las amenazas de los delincuentes. Las puertas de estos buses son hidráulicas y la única manera de activarlas es desde el interior de la cabina del chofer. Nuestro chofer NO CEDIÓ, no abrió en ningún momento. ¿Querría que pase tiempo y que alguien llegue?, esperaría a la “Policía de carreteras”?, que no llegó, a propósito. ¿Qué le costaba abrir puertas, que ingresen y que desvíe el bus como lo obligaban?, lo ÚNICO y GRANDIOSO que tenía que perder era su vida.
Todo ocurrió en unos largos 20 minutos o algo más. El final sucedió muy rápido: aparecieron luces en la carretera de otro vehículo, otro bus de la misma empresa, desaparecieron los encapuchados y la camioneta en que habrían llegado, todo en segundos. El bus siguió camino y llegamos al hospital de Essalud de Chiclayo donde nos enteramos de lo que había pasado: al chofer le habían impactado 3 disparos.
El señor César Chunga Castro, lo ÚNICO que tuvo, lo entregó sin importarle ni dudarlo. Murió en el trayecto del lugar del atraco a la ciudad de Chiclayo. ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a dar la vida por los demás?, ¿Cuántos daríamos la vida por personas que, como el Sr. Chunga, NO CONOCEMOS?!! ¿Cuántos de nosotros no nos rendiríamos si nos apuntan la yugular con una ametralladora?. Don César Chunga Castro sabía a lo que se enfrentaba, porque le habían dado avisos amenazantes con disparos directos al bus; es, sin duda, un ejemplo de “VALENTIA”, “VERDADERO HEROISMO”, SERVICIO y ENTREGA A LOS DEMÁS.
Aprovechamos para pedir a los directivos de Ittsa, a la POLICIA y a las autoridades correspondientes, tenga el SEÑOR CÉSAR CHUNGA CASTRO el reconocimiento merecido y que no pase a formar parte de la lista de “HEROES ANONIMOS”. Por lo pronto, todos los que experimentamos esta inolvidable vivencia, estamos haciéndonos presente con su familia en estos momentos de irreparable dolor.
Don César Chunga Castro, mi familia le queda eternamente agradecida y estamos seguros que descansa en paz, al lado de nuestro Creador.