"Usted no sabe lo que tiene?. Viajar a Disney?, a Diiiiiiisney?, no sabe que se le bajarán las defensas?, no se imagina a todo lo que estará expuesta?, allá con tanta gente, verano, caminatas, agotamiento!!!..NUNCA me ha tocado una paciente así... Si quiere váyase pues, nada de comer en la calle, cero grasas, uso constante de mascarilla, sin ajetreos, descanso; pero eso sí le digo, yo no me hago responsable, vea un buen seguro médico para alguna emergencia... porque si algo sale mal, inmediatamente la mando a que se opere y acabó todo conmigo".
Recién conocía a mi doctor, era la primera consulta, uno que va asustada, con incertidumbre sin saber qué se le viene, la mente hecha un ovillo creyendo que es "el fin", sumado a la bienvenida de mi doctor; es que casi lo odié, me pareció un "majadero", malgeniado, inhumano e insensible, salí contrariada y decidida a no volverlo a ver.
Felizmente, a mi regreso del viaje, todo salió "muy bien" y hasta me felicitó, sí, aquel aparentemente gruñón, antipático, frío, insensible e inhumano, me felicitó "qué bien, veo que se ha cuidado, no me tiene que decir nada del cómo ya que los resultados de laboratorio hablan por sí solos, la felicito". Lo tomé como un regalo de cumpleaños, porque fue ese mismo día que tuve cita con él.
Para la tercera cita, ya fue otra atmósfera, fue llevadero, diría que simpático, agradable, sonriente y, mejor aún, se despidió con un "hasta la próxima cita, Mechita", sí, Mechita!!! (nombre de pila que pocos conocen).
Ahora que han pasado varios meses, considero que tampoco será fácil para él estar frente a tantos casos, estoy segura que apuesta por cada uno de sus pacientes, se preocupa, se esmera, da lo mejor de él. Debo sentirme privilegiada porque me ubica claramente dentro de los miles de expedientes que atiende.
Ahora que han pasado varios meses, afirmo que: "nunca es tarde para aprender" y he aprendido tanto en esta última temporada de mi corto existir, como es el aceptar, admirar y respetar a personajes como mi doctor, tan profesional, tan objetivo, con una clara y despejada META donde sólo se propone curar, no le interesa nada más allá y así con cada uno de sus pacientes.
Ahora que han pasado varios meses, entiendo la importancia de tener confianza absoluta en el médico tratante, convirtiéndose su palabra en LEY y convencida que se está en las mejores manos.
Ahora que han pasado varios meses, entiendo la importancia de tener confianza absoluta en el médico tratante, convirtiéndose su palabra en LEY y convencida que se está en las mejores manos.
Ahora que han pasado varios meses, puedo confesar que, aquel doctor supuestamente antipático, agrio, seco, hosco y hasta atravesado, resulta ser mi mejor medicina y un buen acompañante, diría que hasta indispensable, para este largo y paciente recorrido por el sendero del éxito, razón principal, junto a mi familia y amigos, para vivir feliz y tan AGRADECIDA!!!.
SUERTE la mía!